El Convenio Colectivo

La negociación colectiva es una parte fundamental de nuestro sindicato. Somos el sindicato líder porque somos capaces de organizar y vertebrar los intereses de los trabajadores allí donde trabajan, en las empresas. Por eso el convenio colectivo es instrumento esencial y la negociación colectiva la principal razón de ser de CCOO.
La negociación colectiva se ha convertido en la bestia negra de los sectores ultras de la economía, la política y las tertulias de nuestro país. En unos momentos en los que se intensifica la crisis, y arrecian las presiones de los “mercados” sobre las deudas soberanas de los países europeos. Una situación que es utilizada como justificación de las reducciones de derechos laborales y del gasto público y el gasto social, con el consiguiente debilitamiento de los Servicios Públicos.
La Reforma de la Negociación Colectiva para estos personajes significa acabar con los derechos laborales y sociales de los trabajadores, destruyendo el papel protector del convenio colectivo sectorial para obligar a una negociación de salarios y condiciones laborales empresa por empresa. En un tejido económico de microempresa y pequeña empresa, esta posición significa dejar en manos del empresario la fijación de las condiciones de trabajo.
Y es que una cosa es articular la negociación colectiva, desde los contenidos sectoriales, hasta los propios de la empresa y otra muy distinta acabar con el convenio sectorial, ya sea estatal o autonómico.
En este sentido, parece necesario dotar a las Comisiones Paritarias de mayor presencia y competencia en la interpretación de los convenios, o fortalecer los instrumentos de arbitraje o mediación para buscar acuerdos antes del desencadenamiento de conflictos.
Intentarán, no obstante, debilitar la capacidad de organización y negociación de los trabajadores en la empresa, cuando lo que convendría, en tiempos de crisis, sería negociar convenios colectivos capaces de actuar positivamente sobre la supervivencia del empleo, su mejor cualificación, su adecuada retribución, la prevención de riesgos laborales, la correcta distribución de jornadas y tiempos de trabajo. La flexibilidad interna y negociada es el mejor camino para superar malos momentos, mejorando la situación de la empresa.
Sin embargo, seguiremos asistiendo a un descrédito de la negociación colectiva, a un ataque frontal contra los sindicatos. Se intentará que, en lugar de Acuerdos, se produzcan decretazos. Se intentará conducirnos al conflicto.
El camino debería ser otro muy distinto. Un camino para abordar las reformas reales que el país necesita. El modelo productivo, la protección a las personas, la prioridad del empleo, las reformas necesarias del sistema fiscal y financiero.
Se podría, se debería andar ese camino. Porque cualquier otro supone tan sólo agudizar la crisis, retrasar su salida, producir salidas falsas.
Pretender salir de la crisis debilitando la capacidad negociadora de los trabajadores es un error de bulto porque son los países con unas relaciones laborales más articuladas los que afrontan en mejores condiciones la superación de la crisis en estos momentos.