Las novedades del debate de investidura de Rajoy que ha tenido lugar hoy, han estado por debajo de las expectativas creadas con el largo silencio del futuro presidente desde que ganó las pasadas elecciones generales y con las promesas de cambio radical con respecto al actual presidente de gobierno en funciones.
En su discurso de investidura, ha esbozado una política económica continuista en relación a la prioridad del ajuste del déficit público y la aplicación estricta del plan de estabilidad de la unión europea. También se ha comprometido a llevar a cabo determinadas medidas como la actualización del poder adquisitivo de las pensiones, bonificaciones del 100% de la seguridad social para la contratación de menores de 30 años y algunas rebajas fiscales que si no se contrarrestan con alguna subida impositiva para mejorar los ingresos del estado, darán lugar a recortes en el gasto muy superiores a los algo más de 16.000 millones de euros que ha mencionado en el debate. ¿Cuáles van a ser esos recortes? ¿Qué repercusiones van a tener en el gasto social y en el empleo público? Preguntas sin respuesta en las primeras medidas anunciadas del nuevo gobierno.
También resultan inquietantes algunas propuestas que ha esbozado, como la extensión del periodo de cálculo de las pensiones a toda la vida laboral, que en la práctica se pueden traducir en una disminución de las cuantías a cobrar por los futuros pensionistas y en la supresión de las prejubilaciones que ya están sufriendo nuevas limitaciones con la entrada en vigor de las nuevas medidas pactadas a principios de año pero que pueden ser útiles para determinadas situaciones.
La prioridad de los convenios de empresa en una futura modificación de la normativa que regula la negociación colectiva, tampoco es una medida que vaya a concitar el apoyo de las organizaciones sindicales (y de muchos empresarios) por lo que ello supone de atomización de la negociación colectiva y encubre el objetivo de abaratar aún más los costes salariales, siguiendo las recomendaciones que se hacen desde los poderes "ocultos" europeos.
Luego están los silencios. Los temas que no ha tratado en el discurso o que apenas ha esbozado. Espero que estos silencios y la ambigüedad de muchas propuestas no escondan lo que algunos atribuyen a una táctica calculada para no dar cuenta de las medidas más impopulares antes de las elecciones andaluzas.