Pensiones

El 6 de Diciembre fue la conmemoración del aniversario de la Constitución Española y, resulta conveniente destacar algunos derechos constitucionales que no pocos gobernantes parecen desconocer, pretenden ignorar, o intentan recortar cuando les interesa.
En primer lugar el carácter social que establece el artículo primero de la Constitución cuando afirma que “España se constituye en un Estado Social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”.
Son pocas las Constituciones que definen al Estado como social. La alemana es, junto a la española, una de esas constituciones. Estado Social, significa que el objetivo de ese Estado es fortalecer y garantizar derechos considerados esenciales para la vida y la participación plena de la ciudadanía en la sociedad.
Hablamos de la Sanidad y la Educación Públicas. Un trabajo y una vivienda dignos. Protección en caso de desempleo. Asistencia y pensión en caso de jubilación o invalidez. Acceso a bienes culturales. Servicios Sociales en caso de necesidad. Un medio ambiente saludable. Defensa Jurídica.
En consonancia con esa definición de Estado Social, nuestra Constitución estable en su artículo 50 una obligación para los gobiernos: “Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad. Así mismo, y con independencia de las obligaciones familiares, promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio”.
La pensión y la calidad de vida de nuestros mayores son, pues, dos derechos que nuestro Estado Social reconoce en la Constitución. Sin embargo, como bien sabemos, los derechos primero hay que conquistarlos y luego hay que defenderlos. Tras un tercio de siglo, 33 años, de convivencia constitucional en España, llaman la atención hechos como el que más del 75 por ciento de nuestros pensionistas cobre pensiones inferiores a los 1.000 euros, al tiempo que la mitad de nuestras pensiones se encuentra por debajo del Salario Mínimo Interprofesional. Sin embargo, y pese a ello, ante una crisis económica como la que vivimos, una de las medidas que se adopta, es la congelación de las pensiones del 78 por ciento de nuestros pensionistas.
Si la suficiencia de las pensiones es muy cuestionable, no menos preocupante es el cumplimiento del derecho de nuestros mayores a ver atendidos sus problemas diarios. La Ley de Atención a las Situaciones de Dependencia nació lastrada por una inseguridad en materia de financiación que se ha visto agravada con la llegada de la crisis, multiplicando los problemas para su aplicación real.
Ante un panorama como el descrito, es más necesario que nunca revitalizar la participación de la sociedad en las políticas. El Estado Social y democrático no consiste sólo en votar cada cuatro años. El artículo 9 de la Constitución establece claramente que “corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas, remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de los ciudadanos en la vida política, cultural y social”.
De ahí la necesidad de vertebrar y organizar desde la sociedad la defensa de los valores e intereses de nuestros mayores. La necesidad de contar con una Federación de Jubilados y Pensionistas de CCOO capaz de organizar, vertebrar y representar a nuestros mayores.
La crisis nos sitúa ante una tarea y una responsabilidad que no podemos eludir. Una tarea de nuestra Federación y de las propias organizaciones confederadas. Tareas organizativas, de asignación de recursos, de fortalecimiento de nuestra acción sindical entre las personas mayores. Vamos a tiempos de dura crisis, paro y amenazas sobre los contenidos esenciales del Estado Social y la suficiencia de las pensiones y la calidad de vida de las personas mayores son componentes esenciales de ese modelo social al que no vamos a renunciar porque costó mucho conquistarlo y vamos a defenderlo.