La provincia de Sevilla ha cerrado el mes de agosto con un importante incremento del desempleo, situado en 3.155 personas. Sevilla cuenta ya con 216.022 parados y paradas, siendo la segunda provincia andaluza en incremento del desempleo en términos interanuales. Agosto ha sido el "peor" mes en contratación en lo que va de año, realizándose hasta 8.844 contratos menos que el mes pasado.
Cifras insostenibles para cada una de las personas que sufren ese drama e insostenibles para mantener un Estado de Bienestar y el reparto de la riqueza. sin embargo, en Comisiones Obreras miramos el futuro con sosegado optimismo porqué está quedando en evidencia el error analítico de esta visión: Los agentes principalísimos del cambio social no son los partidos políticos, ni las instituciones, ni los bancos, ni tan siquiera esos chantajistas que se han dado a conocer como “mercados de la deuda”. Los agentes principales del cambio social son las personas, los trabajadores y trabajadoras, también las que están paradas. Ellos mejor que nadie saben que la sociedad, la igualdad y la libertad se construyen según las rentas del trabajo. Y son ellas las que van a dar un nuevo vuelco a la historia defendiendo el trabajo y el Estado de Bienestar.
Comisiones Obreras mira con optimismo sosegado la situación porque, aunque el mercado laboral no deja de sufrir ataques por parte de políticos y financieros, aunque los trabajadores no dejan de sufrir recortes de derechos y aunque se cercena la igualdad social con el desmantelamiento de pilares básicos como la Sanidad o la Educación, la ciudadanía ha decidido volver a tomar el poder, tomarlo en la calle junto a los sindicatos de clase. Este otoño, marcado por las elecciones del 20-N, va a ser el de las movilizaciones y el cambio social.
Las letras impresas de la Constitución o del BOE no van a poder con la voluntad de trabajadores y trabajadoras, estudiantes, personas paradas o pensionistas, que han decidido que se ha colmado el vaso. Que es hora de tomar la palabra y decir que la economía debe estar al servicio de las personas y no al revés. Y es hora de que los políticos escuchen esa poderosa voz porque no están ahí por decisión divina si no por elección popular.
En esta senda lúgubre de “contentar a los mercados” en la que se ha situado el Gobierno, ahora ha dado un paso más al eliminar la única herramienta que le quedaba al Estado para afrontar las crisis económicas: endeudarse para ser motor de la economía. Y además, ha decidido precarizar el mercado laboral, especialmente el de los jóvenes, como no había hecho hasta ahora: un contrato de aprendices hasta los 30 años con salarios vergonzosos y eliminar el límite al encadenamiento de contratos temporales. La oposición política y los empresarios parecen encantados con las iniciativas. Este ha sido el divorcio definitivo de los partidos políticos predominantes con la ciudadanía. Y la ciudadanía ha decidido que hasta aquí. Y los sindicatos como representantes de trabajadores y trabajadoras, de la ciudadanía, hemos decidido que hasta aquí.
A partir de ahora, el Parlamento lo sacamos a la calle; ahí hacemos nuestras exigencias y ahí se van a tener que ganar los políticos su continuidad.
En Sevilla nos concentramos el día 14 de septiembre ante la sede de los empresarios para exigir el reparto del peso de la crisis y denunciar su comportamiento antisocial al dinamitar la negociación colectiva y delinquir a través del empleo sumergido. El día 21 nos concentraremos para reclamar a los bancos que actúen de manera socialmente responsable, para decirles que son causantes de la crisis y por tanto deben implicarse en la solución. El día 29 será ante la Subdelegación del Gobierno donde les digamos a los políticos que no queremos más tropelías constitucionales ni reformas de nuestro mercado laboral, que queremos calidad en el empleo e inversión en las personas, la única receta para salir de esta crisis. Y por último, el día 7 de octubre en una gran manifestación, reclamaremos el empleo decente y el cambio de políticas para salir de esta crisis, porque las recetas aplicadas hasta ahora están incrementando la desigualdad y los dramas humanos de personas a las que les cuesta la simple subsistencia. Comisiones Obreras ve con sosegado optimismo el presente más inmediato porque la sociedad civil, los sindicatos, hemos decidido que ha llegado la hora de tomar el mando y a la clase política solo le cabe la opción de escuchar. La situación económica, laboral y social es insostenible. Los políticos y los poderes económicos no han sabido gestionarla. Ahora es nuestro turno para impulsar la ilusión para el cambio social.