Hace unos días oí por la radio unos anuncios publicitarios de una famosa tienda de artículos informáticos situada en Santa Cruz de Tenerife. Por medio de esos anuncios se promocionaba un concurso en el que el premio consiste en……. UN EMPLEO!!!
En principio resulta un poco chocante, pero nada descabellado e incluso sería una interesante forma de cubrir plazas vacantes en el establecimiento comercial, por medio de una selección de personal a través de un método novedoso, entendiendo también que el establecimiento consigue a cambio una publicidad gratuita, debido a la repercusión mediática que genere el citado concurso.
Profundizando un poco más en el tema, resulta que este concurso, lejos de tener un carácter empresarial solidario con la grave situación de desempleo en la que se encuentra la población activa de Canarias, resulta que no es tan altruista como aparenta, sino más bien una burla y un insulto a los parados, ya que, según las bases, el jurado del concurso (responsables del propio centro comercial), que se desarrolla en tres fases, en sábados consecutivos, empezando el 15 de octubre próximo, seleccionará, después de varias pruebas, al ganador o ganadora, quien como gran premio recibirá un contrato de 90 días, para trabajar como vendedor en la tienda de electrónica, a media jornada, remunerado con, entre 400 y 500€ por mes.
TODAS las personas participantes en el concurso, ganen o pierdan (lo segundo es mucho más probable), deben aceptar la cesión gratuita de todos los derechos de imagen al centro comercial, quien podrá utilizar publicitariamente las fotos y vídeos de los inscritos y del desarrollo del concurso, que será grabado, con el objeto de emitirlo en varias cadenas de televisión. La Organización del concurso informa así mismo a los participantes que los datos personales que faciliten para su participación en éste concurso, pasarán a formar parte de varios ficheros propiedad del Centro Comercial.
Nos encontramos ante un nuevo caso de picaresca empresarial sin escrúpulos, que hace del mal ajeno un negocio más que rentable, porque la campaña publicitaria que rodea al dichoso concurso es de coste cero para la empresa y son las personas necesitadas de empleo las que, expuestas a la pública observación, compiten entre ellas, en una especie de “oposiciones de baratillo”, para conseguir un trabajo precario, temporal y mal pagado.
En la actual situación económica en la que se encuentra el país se han de generar innovadoras oportunidades de acceso al empleo, pero convertir la ominosa necesidad de muchas personas en objeto de mercadeo y de lucro empresarial no es lógico, lícito ni ético.
Nota: Se ha evitado intencionadamente cualquier referencia al nombre de la empresa organizadora del concurso o del centro comercial, para que esta nota no sirva como publicidad gratuita a los organizadores.